Algunas artes y experiencias del yachting aplicadas a la
actividad empresaria
Ha sido un inmenso placer haber podido trasladar al papel
esta serie de conceptos, que no dudo podrán ser utilizados por los
responsables de todo tipo de empresas como una herramienta para mejorar su
gestión.
El yachting como cualquier otro deporte ofrece un conjunto de
valores que el buen hombre de negocios puede lograr capitalizar con solo
reparar en ellos al momento de tomar una decisión.
La gran ventaja de esta disciplina es su historia, dado que
acompañó al hombre desde épocas inmemoriales en todo su desarrollo, tanto en
lo deportivo como en los negocios. De aquí que haya un sinnúmero de
prácticas que pueden ser aprovechadas sin mayor esfuerzo, solo adaptándolas
a cada circunstancia.
La mística de la navegación se traslada en plenitud hacia el
deporte náutico, haciendo que quienes lo practican dispongan de una manera
especial de encarar el día a día.
A lo largo de este libro traté de abordar los distintos
aspectos que hacen a la navegación, buceando en sus fibras más profundas y
tratando de tomar aquellos conceptos que pueden ser de utilidad en la vida
de los negocios.
Seguramente habrá muchos más y también seguramente la
práctica de otros deportes pueda ofrecer también otras enseñanzas a ser
tenidas en cuenta.
Una visión verde
El individuo que navega y practica el deporte en forma plena
se encuentra en una posición ventajosa frente al resto, porque logra verle
la cara a la naturaleza y de ella aprende a vivir de una manera responsable,
respetando el medio ambiente y a todo lo que lo rodea.
Muchas veces no resulta sencillo compatibilizar los aspectos
comerciales de un negocio con su sustentabilidad en el tiempo sin afectar el
medio ambiente. No obstante debe hacerse el esfuerzo dado que en el largo
plazo es ampliamente ganadora esta posición frente a la visión que solo
repara en el hoy y ahora.
La población mundial pasó la barrera de los 7.000 millones,
la expectativa de vida crece año tras año; el agua potable será en poco
tiempo un bien preciado en cualquier parte del mundo y no solo en Medio
Oriente; el incremento de la tierra cultivable colisiona con la necesidad de
mantener vírgenes los reservorios de zonas selváticas y boscosas, la
necesidad de remplazar la energía en base al petróleo lleva a desarrollar
los biocombustibles que utilizan como materia prima vegetales, también
necesarios para el consumo humano; la distribución de la riqueza requiere de
una revisión consensuada y sustentable que permita disminuir, al menos en un
pequeño porcentaje, la pobreza humillante. Por todo ello es que se requiere
de creatividad y apertura mental para encontrar soluciones a problemas
complejos. Producir más y mejor para todos los habitantes, con recursos
renovables y sin afectar la biodiversidad, parece ser el desafío.
Los encargados de conducir los destinos de las empresas
pueden incorporar una nueva visión basada en la sustentabilidad y en la
responsabilidad social, dejando de lado aquellos conceptos que se sostienen
exclusivamente en mejorar los márgenes de rentabilidad a cualquier costo.
Los accionistas que solo participan de la designación del directorio,
tampoco deben ser cómplices impunes en esta acción de obtener buenos
resultados sin importar como. Ellos son los inversores que sustentan las
empresas y cuentan con las herramientas necesarias para lograr que la
maximización del resultado tenga en cuenta todos los aspectos y no solo los
económicos.
Los estados a través de sus gobiernos deben implementar leyes
que tiendan al uso racional de los recursos naturales y a la redistribución
de la riqueza mediante una carga tributaria justa y equitativa.
Una visión estratégica
Resulta trascendente diferenciar las decisiones estratégicas
de las tácticas, dado que una confusión en este aspecto puede llevar a
modificar el objetivo o a perder posiciones frente a la competencia.
La elaboración de una correcta estratégica requiere de
personas con la experiencia que dan los años vividos para planificar a largo
plazo y de jóvenes audaces con la suficiente cintura para desarrollar y
aplicar las tácticas adecuadas a cada momento. Cuando esta conjunción ideal
no es posible se debe evitar que la competencia conozca la limitación.
No habrá forma de llevar adelante la estrategia que se ha
desarrollado si no se conoce plenamente al equipo humano y los recursos
materiales que se disponen y contra quién se competirá. No existen los
equipos todo terreno, para cada circunstancia habrá una formación adecuada y
es el líder quien debe decidir como forma su equipo.
El mar, los ríos y lagos le han brindado al ser humano desde
siempre la posibilidad de alimentarse y trasladarse. Hasta no hace mucho
tiempo el país que dominaba los mares dominaba el mundo y si bien hoy día
eso ha cambiado, ninguna potencia ha cedido su control.
El dominio de los mares fue clave para el surgimiento de los
imperios en la Edad Moderna y Contemporánea y le ha permitido al hombre
adquirir un importante conocimiento, en aspectos tan diversos como la
biología, estrategia, logística, meteorología y muchos otros campos. Países
como Argentina, con litorales marítimos inmensos no pueden dejar de
aprovechar sus ventajas, para ello hace falta inversiones en infraestructura
apropiada, con puertos de aguas profundas, carreteras seguras y prestadores
de servicios capacitados.
La proximidad al continente antártico representa una ventaja
competitiva significativa para el momento que resulte económicamente viable
aprovechar racionalmente sus recursos y en especial el agua potable, más
allá de la soberanía del territorio. Argentina, por ejemplo, podría
posicionarse a barlovento del resto de los países que conforman la flota del
Tratado Antártico, cuya Secretaría tiene sede, hasta el día de hoy, en la
ciudad de Buenos Aires.
Conformar buenos equipos
Como ya comentara, los equipos no naces, se hacen. El
conocerse unos a otros, en situaciones de alto riesgo, ayuda a mejorar la
confianza y pone sobre la mesa aspectos que de otra forma nunca aparecerán.
Se tejen redes sociales con hilos muy fuertes donde los individuos actúan de
manera espontánea sin dobles discursos.
Lograr que las buenas actitudes sean cotidianas; que el
individuo desarrolle su actividad laboral con cierto grado de pasión y ponga
además de aptitud, la actitud necesaria; resolver el dilema del compromiso,
logrando que el esfuerzo de las partes genere un resultado mayor que la suma
de los mismos; lograr la integración de las tareas para que no existan islas
de conocimiento; desarrollar una comunicación eficiente entre los
integrantes del equipo. Es el gran trabajo que debe desarrollar un líder.
Muchas veces los equipos se integran con familiares a los que
habrá que asignar a funciones productivas y no como meras figuras
decorativas. Los hijos y las parejas son pilares fundamentales en la
continuidad de los negocios, es por ello que su participación debe ser
acorde a sus capacidades, las que deberá abonarse permanentemente con nuevos
conocimientos.
La participación de la mujer en los negocios es clave para
que la visión sea completa. La realidad está plagada de éxitos logrados por
el “sexo débil” por lo que es impensable crear barreras para que la mujer
ocupe posiciones de privilegio.
Sin lugar a dudas los grandes equipos también se logran
integrando profesionales especialistas en distintas disciplinas. Ellos son
lo que podrán aportar el conocimiento necesarios para que los empresarios
puedan llevar adelante, y en forma eficiente, sus negocios.
El lenguaje y la forma de comunicación deben estar a la
altura de las circunstancias. La velocidad en que se desencadenan los
acontecimientos no da lugar a mensajes difusos, excesivamente extensos y
fuera de tiempo. Los equipos deben estar imbuidos de una misma manera de
hablar y escuchar para que las decisiones se traduzcan en hechos
productivos.
Siempre existirá ese momento importante que es el inicio de
toda actividad o de lanzamiento de un nuevo producto y es en estos momentos
donde el equipo debe poner todo de sí. Un buen comienzo augura un buen
final.
Si las circunstancias son adversas, los líderes deben tener
la capacidad para motivar hacia la búsqueda de un éxito alternativo. No hay
nada peor para un equipo que no tenga por que luchar.
Cuando se trate de emprendimientos unipersonales, debe
aprovecharse al máximo la velocidad con que las decisiones se llevan a cabo.
La falta de burocracia acelera los tiempos de las acciones y los resultados
se reciben sin interferencias. Por el contrario, la falta de controles deja
al emprendedor desprotegido frente al error u omisión. No se debe dudar en
recurrir a la planificación y organización profesional externa.
A barlovento de la flota
En los negocios como en las competencias náuticas no se está
solo, siempre habrá alguien que esté tratando de lograr el liderazgo y ser
el primero en alcanzar un objetivo. Creernos que somos los únicos es por
demás soberbio y tarde o temprano la realidad caerá sobre nosotros.
Habiendo tomado conciencia de que no estamos solos en este
mundo viene la segunda parte del aprendizaje. Debemos identificar a ciencia
cierta quién es nuestra verdadera competencia. Digo esto porque no es poco
frecuente que nos enfoquemos en vencer a un contrincante que no está
compitiendo contra nosotros, lo hace en otra categoría en otro grupo o zona.
Esta falla, cuya raíz es una mala información, nos hace cometer errores
tácticos que nos retrasan en llegar al objetivo.
Una vez que sabemos a quienes debemos vencer debemos entonces
sì, ubicarnos a barlovento de la flota. Siendo los primeros en recibir las
señales que nos da el mercado sin ningún tipo de interferencia. Para ello
debemos esmerarnos en hacer un buen inicio de las actividades o un buen
lanzamiento de un nuevo producto, que nos permita sacar una ventaja inicial
que nos posicione al frente y podamos mantener el tan preciado barlovento.
Si las condiciones son de estabilidad no tendremos dificultar
en defender nuestra posición, pero si las actividades se desarrollan en un
mercado inestable con frecuentes cambios en las reglas de juego será
necesario disponer de la mejor información para anticiparlos el nuevo
viento, es decir a las nuevas condiciones. De esta forma podremos aplicar
una táctica que nos permita ocupar una posición ventajosa y expectante al
cambio.
Subirse a la ola
La vida de un negocio está compuesta permanentemente por una
serie de momentos apropiados para sembrar y otros beneficiosos para
cosechar. Es tarea de la dirección o gerencia identificarlos para navegar
acompasados con ellos, así como un jinete lo hace al montar su caballo.
Los grandes acontecimientos que cambian todo lo conocido son
eventos cuya ocurrencia no se logra predecir con la suficiente anticipación.
Si bien pueden haber señales previas, estás suelen pasar desapercibidas o
dar panoramas contradictorios. Habrá que estar en el lugar indicado en el
momento indicado para que estos acontecimientos puedan ser aprovechados
plenamente.
Las grandes olas, aquellas que generan tsunamis, pasan
prácticamente desapercibidas en el medio del océano y son devastadoras en
las costas. Por ello, es importante percibir el cambio con cierta
anticipación y disponer de suficiente espacio para recorre antes de que se
produzca la rompiente.
Disponer de información confiable
Todo esfuerzo que se realice para disponer de información en
tiempo y forma será una inversión valorada.
Prácticamente han desaparecido aquellos negocios altamente
rentables que permitían trabajar con el instinto o el olfato del dueño.
Hoy se requiere de informes cada vez más sofisticados y
frecuentes, que muestren el resultado de cada decisión tomada ante las
modificaciones ocurridas en el mercado.
Las acciones de los gobiernos, tanto nacionales como de
terceros países, suelen impactar en la vida cotidiana de la empresas y es
por ello que ya no basta con información que considere la microeconomía del
negocio, sino que también debe disponerse de estudios de datos de la
economía global.
Así como hoy ya no se determina la posición de una
embarcación con un sextante, sino con la señal emitida por un GPS a una red
de satélites y estos la devuelven al instante al instrumento, las empresas
deben recurrir a la alta tecnología de la información para conocer también
al instante que está ocurriendo en un proceso determinado. Veloces
computadoras que puedan administrar grandes bases de datos de clientes,
proveedores o recursos humanos son imprescindibles hasta en las empresas más
pequeñas.
Procesos simples
La alta complejidad de los negocios en la actualidad requiere
de procesos simples que actúen como contrapeso para facilitar la toma de
decisiones y su control. Es de esperar que el uso de los modernos programas
de procesamiento de la información ayude a que eso ocurra.
Los responsables de diseñar los sistemas administrativos y de
gestión deben trabajar en con la idea de que las organizaciones están
integradas por seres humanos dispuestos a equivocarse todo el tiempo. El
error humano es parte de los negocios y la mejor forma de relativizarlos
disminuyendo su impacto mediante una rápida respuesta que lo solucione,
depende de la simplicidad de los procesos.
Para ello no se deben escatimar esfuerzos en aplicar las más
modernas herramientas y dotar a las personas que deben tomar decisiones de
los recursos necesarios que faciliten su labor.
Pensamiento sin barreras
El pensamiento tradicional nos lleva siempre a las mismas
soluciones lógicas, mientras que los problemas son cada día más complejos
con mayor cantidad de interlocutores, con materias que apenas diez años
atrás no eran conocidas para el común de los individuos, con jóvenes que han
dejado de lado viejos preceptos, con una sociedad que se cuestiona por que
el 1% de la población es más rica que el 99% restante, requiere pensar de
manera distinta, no tradicional. Caso contrario la realidad pasará como un
tren bala y no habrá posibilidades de subirse.
Aceptar que existen soluciones alternativas
Siempre está la posibilidad de que haya una forma distinta de
hacer las cosas, con la misma o mayor eficiencia, por lo tanto las personas
deben tener la libertad de pensamiento para descubrirlas y la libertad de
actuar para aplicarlas.
Por otra parte la solución a los problemas depende de un
conjunto de causas, interrelacionada unas con otras, de forma tal que habrá
que encontrar una respuesta integral al problema, caso contrario la solución
será parcial. Esta complejidad siempre ha existido, con la diferencia que
hasta no hace mucho tiempo a los problemas se los resolvía eliminando a las
personas que los generaban. Por suerte hemos evolucionado, al menos en esta
parte del mundo, y hemos entendido que la solución se compone de muchos
factores, siendo uno de ellos la dignidad de las personas.
El viaje
El camino hacia el objetivo no es un jardín de rosas, sino un
sendero plagado de contratiempos, frustraciones y éxitos parciales. Los
líderes son los responsables de tener muy en claro el destino final y no
dejar que el desaliento invada la escena.
Si el objetivo fue claramente expuesto, es teóricamente
alcanzable para el grupo y se cuenta con los recursos y medios apropiados,
solo resta trabajar en pos de su logro. Tanto los éxitos como los fracasos
parciales son partes integrantes del conjunto de acontecimientos necesarios
para alcanzar la meta, por eso el foco no debe estar puesto en ellos, sino
en el objetivo final.
El abordaje de los conflictos
No existen los negocios donde no se generen conflictos, desde
el momento que dos personas interactúan la posibilidad del conflicto está
presente. Evitar el conflicto es recomendable y debe hacerse los mayores
esfuerzos para que este aparezca. No obstante ello en muchas oportunidades
no es posible. El hombre de negocios debe prevenir los conflictos desde el
mimo momento de gestarse la relación comercial. Esto es, incorporando
cláusulas eficientes que establezcan mecanismos de resolución que no
destruyan esa relación y puedan aportar justicia a las partes en tiempo y
forma razonable.
La negociación es una labor permanente de cualquier director
de empresas, pero muchas veces esa capacidad se ve sobrepasada con
consecuencias imprevisibles si no se recurre a un mecanismo apropiado.
La justicia estatal es útil en ciertas ocasiones, pero
ineficiente o perezosa en el mejor de los casos. La demora en la resolución
de un conflicto beneficia siempre a la parte perdidosa, es por ello que los
letrados a cargo de su defensa no duden en estirar los procesos a más no
poder.
El arbitraje comercial es una respuesta apropiada a la gran
mayoría de los casos; lamentablemente los empresarios poco conocer de este
método y los profesionales que los asesoran hacen poco para revertirlo.
Los grandes conflictos entre Estados y entre Estados y
privados se resuelven mediante arbitraje, por otro lado los pequeños
conflictos entre empresas y consumidores también se resuelven mediante
arbitraje. Entre ambos extremos hay una inmensa cantidad de casos, los que
abarrotan los juzgados, que también podrían ser resueltos sin necesidad de
hacer participar a la justicia estatal.
Buenos vientos!!
Carlos
Pezzini
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